Considerado únicamente como lugar de paso, el Estrecho de Gibraltar sorprende a sus visitantes con una oferta turística muy variada, destacando entre ellas las relacionadas con la navegación. La Unión de dos mares y dos continentes, un reto para el navegante. El Estrecho de Gibraltar es una barrera natural entre dos continentes (Europa y África)
Esta ciudad reúne dos cualidades que la hacen especialmente singular: es la puerta de entrada a los fiordos noruegos y la que cuenta con el casco histórico más bonito de todo el país. Desde Stavanger se visita el Fiordo de la Luz y su famoso púlpito, una plataforma de vértigo que se alza 600 metros sobre él. Visita imprescindible, aunque bastante exigente físicamente. La subida lleva más de dos horas y casi tanto el regreso, aunque, eso sí, el esfuerzo merece la pena.