Uno de los objetivos de los viajes es capturar la belleza del entorno. Si estás en el Gran Cañón del Río Colorado, el empeño se vuelve fácil; sólo tienes que mirar al frente, elegir qué parte quieres fotografiar, enfocar con cuidado y aguantar la respiración mientras disparas. Aquí tenéis a mi amigo Tomás, inseparable compañero de viajes, justo en la primera fase de toma de la fotografía: mirando para elegir.