

Fotografía: tomada durante nuestro viaje en grupo hace tres años, muestra una calle del centro histórico de Trinidad
Detenida en el tiempo, este sigue siendo un país diferente, con un aire inequívocamente español a pesar de las muchas influencias francesas, africanas o jamaicanas. Soñadores, supervivientes, improvisadores, los cubanos han hecho posible que su país sea un destino fascinante, en donde lo de menos son sus playas, que también las hay: lo mejor son sus gentes y su cultura. En la costa sur, la caribeña, hay lugares imprescindibles como Santiago de Cuba donde sus tambores invocan a los ‘orishas’, se practican ritos religiosos afrocubanos y se bailan danzas folclóricas que mantienen viva la cultura de los esclavos. También en la costa del Caribe, en la Cuba central, la somnolienta Trinidad se fue a dormir en 1850 y nunca llegó a despertar. Hoy el viajero puede explorar esta ciudad azucarera de mediados del siglo XIX conservada a la perfección, con casas coloniales, una campiña accesible y un buen ambiente musical. https://elpais.com/elviajero/2022/06/08/album/1654691391_780788.html