Nuestro guía camboyano Sarat nos lo había advertido la tarde antes; mañana verán uno de los templos más bonitos del mundo, habrá que madrugar un poco, pero no se preocupen, estoy seguro que pensarán que ha merecido la pena.
Llevaba razón. Es difícil describir la sensación que uno tiene cuando atraviesa las imponentes puertas de la ciudad de Angkor Thom y llega al templo de Bayón. Este gran complejo dedicado al culto religioso es de una belleza fascinante. Famoso por sus 54 torres con caras sonrientes de Buda y los bajorrelieves que adornan sus muros (cerca de 11.000 figuras que ocupan una extensión superior a los 1.2 km.) es considerado como la obra cumbre de la arquitectura Jemer barroca.
Es habitual encontrar la palabra “enigmático” asociada al templo de Bayón, pues aunque ha sido investigado de manera exhaustiva, todavía hoy son muchos los aspectos que aún no han sido desvelados. Por ejemplo, no está claro si las caras de buda representan el rostro del rey que ordenó construir el templo, Jayavarman VII o se trata de divinidades celestiales. Teniendo en cuenta que entonces los reyes solían tener carácter divino, quizás los estudiosos que sostienen propuestas aparentemente distintas, en el fondo estén hablando de lo mismo.
De entre las fotos que hice del templo de Bayón, he buscado y elegido una que refleja, a mi modo de ver, ese carácter enigmático. Vosotros valoraréis si lo he conseguido…