Y para terminar una fantástica canción de Tom Waits: “Soldier’s things”Mi abuelo materno vivió tiempos difíciles. Durante el servicio militar lo enviaron a la guerra de Africa. Tuvo suerte y volvió sin un rasguño. Yo, siendo niño, le preguntaba fascinado por sus experiencias en el frente y él solía evitar la conversación. Los recuerdos no le traían gestas heroicas a la memoria, sino más bien todo lo contrario: tristeza y vergüenza. Una tarde le hice la pregunta más difícil. Abuelo, ¿tu mataste a alguien en la guerra? El contestó: no lo sé, yo estaba en artillería y seguramente alguno de los cañonazos daría a alguien, pero nosotros no lo veíamos. Quién sabe. Espero que no…
Años después le pilló la Guerra Civil. Digo “le pilló”, porque en esa contienda la mayoría de los combatientes no eran de ningún bando; simplemente estaban allí cuando se declaró el conflicto. A mi abuelo le tocó en el bando republicano. Una faena, pues él era católico y de derechas. Pero otra vez tuvo suerte. Como sabía leer y escribir, y además tenía muy buena letra, lo pusieron de escribiente. Una tarea sencilla y sin riesgos, alejado del frente. Pero como toda moneda tiene su cruz, no pudo eludir una tarea que regularmente llegaba a su mesa: pasar a limpio la lista de los que iban a ser fusilados al día siguiente. Él, temblando, le daba mil vueltas buscando nombres conocidos. Cuando encontraba uno, lo quitaba con la esperanza de que no se dieran cuenta. Varias veces lo consiguió. Lo que decía; tiempos difíciles.
Las dos fotos de arriba están tomadas en la ciudad de Washington, en la zona de los Memoriales. La primera es un homenaje a los soldados que combatieron en Iwo Jima, una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial, contienda que como es sabido ganaron los americanos. La segunda tiene un significado totalmente diferente y bastante más triste para ellos. Está dedicada a los caídos en la guerra de Vietnam. Ésta guerra, contra todo pronóstico, la perdieron.