En nuestro viaje de agosto por la Bretaña Francesa visitamos la ciudad de Saint Maló, destino imprescindible en la región. Debajo os copio la descripción que la página de turismo “vacaciones-bretana.com” hace de la ciudad y sus murallas.
Como un barco de piedra encallado en la desembocadura del río Rance, Saint-Malo muestra con orgullo sus murallas junto a la playa y el puerto. Las fachadas y torres que emergen de las fortificaciones confieren a la ciudad esa silueta tan característica. Para abordar la ciudad de Saint-Malo lo primero que hay que hacer es recorrer el camino de ronda y disfrutar de esas vistas impresionantes. El paseo de las murallas salta de bastión en torre. Por un lado, las callejuelas de la ciudad y, por el otro, magníficas vistas a las playas, al puerto y a los fuertes. Desde la puerta Saint-Vincent, a la entrada de la ciudadela, se despliegan las ensenadas portuarias y Saint-Servan. Entre los bastiones de Saint-Louis y Saint-Philippe, la vista se abre al estuario y a Dinard. Las playas se suceden a los pies de las murallas hasta alcanzar la torre Bidouane. Con la marea baja, un pasillo de arena une tierra firme con las islas del Grand Bé y del Petit Bé. Ante el castillo se extiende la gran playa de Sillon.