Leyendo el suplemento dominical de El País, me ha llamado la atención la entrevista realizada a Peridis, humorista de profesión y arquitecto licenciado de vocación. En ella recoge el comentario que hizo Unamuno al ver el estado en que se encontraba el monasterio de Santa María la Real: “Hasta una ruina puede ser una esperanza“. Llevaba razón. Años después, su rehabilitación y adaptación como centro educativo, permitió recuperar una de las joyas del románico palentino.
Hoy por hoy, el espacio es un auténtico foco de dinamización cultural, del que, poco a poco, han ido naciendo nuevos proyectos. No en vano, en el monasterio conviven en armonía el instituto de Educación Secundaria de la localidad; la sede de la UNED; el Centro Expositivo Rom: románico y territorio, diseñado y gestionado por la Fundación o la Posada de Santa María la Real.