Así que ahí van unos cuantos datos sobre esta presa, algunos de los cuales la convierten, a mi modo de ver, en “lugar singular”.Llegamos a Las Vegas a primera hora de la tarde e inmediatamente subimos a la habitación de nuestro hotel, un vanguardista edificio inmejorablemente situado en “The Strip”. Tomás, siempre pendiente de los detalles, se había preocupado de pedir una habitación bien situada. ¡Y vaya sí lo había conseguido! Una suite en la planta 32 que ofrecía unas vistas de infarto; toda la ciudad y su entorno se abrían bajo nuestros pies. Tras hacer unas fotos nocturnas, al regresar al hotel, hicimos lo más fácil: ¿Tomás qué toca mañana? Dándonos la bronca por nuestra indolencia y refunfuñando dijo: Hoover Dam.
Hoover Dam.
Incluida dentro del Registro Nacional de Lugares Históricos, su construcción supuso un hito dentro de la ingeniería de su época. Para culminar la misma se tuvieron que superar retos nunca antes planteados y para los que no existían, obviamente, soluciones anteriormente experimentadas. Uno de ellos fue lograr el enfriamiento del hormigón en un periodo de meses, cuando la reacción química de su curado, en condiciones naturales, alcanzaría los 125 años. Otro fue la rapidez de su construcción; a pesar de la complejidad de la obra, ésta se terminó dos años antes de la fecha prevista. También es significativo el estilo arquitectónico Art Decó empleado por el arquitecto contratado para darle realce a la construcción, Gordon B. Kauffmann. Su diseño está considerado como uno de los más puros y elegantes en este estilo. La superficie del lago que genera la presa también es digna de mención: supera los 640 km2.
Como podéis ver, si viajáis a Las Vegas, hay razones más que suficientes para hacer una escapada de mañana o tarde y visitar la espectacular presa Hoover.