Pararte en cualquier calle de Phnom Penh es asistir a un desfile caótico e interminable de motocicletas que como un enjambre se mueven en todas direcciones. Como la mayoría de los países en vías de desarrollo, su parque móvil está formado fundamentalmente por vehículos de dos ruedas, un medio de transporte barato y accesible para las capas más humildes de la población. La dependencia de la moto es total. Si se avería tienes un gran problema pues el transporte público o no existe o es muy deficiente. Es vital, por tanto, repararla cuanto antes.
Como podéis ver en la imagen, la atención que recibe la motocicleta es exquisita y recuerda a la de un quirófano, sólo que en ésta ocasión sustituimos al paciente por el medio de transporte.