

Una de las ventajas del fin de semana es que dispones de más tiempo para hojear la prensa sin prisas. En el suplemento dominical de El País me he encontrado hoy con una frase que había olvidado. Pertenece a la excepcional novela de Marguerite Yourcenar “Las memorias de Adriano”. La excusa perfecta para retomar el libro, abrirlo al azar y demorarte unas horas leyendo una de las obras que, según los entendidos, mejor analiza el ejercicio del poder y sus consecuencias.
A lo que iba, que empiezo a divagar más de la cuenta. La frase era: “Los viejos dioses habían muerto y los nuevos no había llegado todavía. Hubo un momento en el que el hombre estuvo sólo”. Así parece que andamos ahora, preñados de incertidumbres y sin ninguna certeza a la que agarrarnos.
Buscando una fotografía relacionada con este asunto he encontrada una tomada en la catedral de Toledo. Es una representación del Cielo. No sé qué pensaréis, pero yo tengo la sensación de que no vamos a caber todos. ¿Verdad?
Los que quieran profundizar en el tema, pueden acudir a la irónica y maravillosa canción de Randy Newman “Harps and Angels”.