Por fin, tras mes y medio de confinamiento, los niños han podido salir a la calle. Son muchas las razones que han dado para sentirse contentos, algunas tan sorprendentes y ciertas como esta: “es que en casa no hay árboles”.
Fotografía: tomada en la ciudad guatemalteca de La Antigua. La madre viste un traje con motivos florales, típicos de la etnia maya. Detrás de la familia se puede ver a una pareja que, ¡perdónalos Señor!, no mantiene la distancia social recomendada.