Si ganar el título de ciudad con más calidad de vida del mundo se antoja una tarea difícil, lograr este galardón por quinto año seguido debería ser considerado como una hazaña inalcanzable, imposible.
Pues bien, la hermosa ciudad de Melbourne lo ha conseguido.
Algo deben de estar haciendo bien los australianos ya que entre las diez primeras en la clasificación se encuentran también Adelaida y Perth. Quizás deberíamos tomar nota y seguir su ejemplo; las ciudades españolas andan bastante rezagadas en la lista.
La imagen que ofrece el país es el de una comunidad diversa y cohesionada, que se siente comprometida con su tierra, consciente del privilegio que supone vivir entre una naturaleza esplendorosa y casi virgen. Su comportamiento también llama la atención: amables, educados, pacientes, como si hubiesen conseguido erradicar el estrés de sus vidas. Lo dicho, me gustan los australianos.
Fotografía: está tomada a última hora de la tarde junto al río Yarra, la zona que cuenta con más recursos de ocio toda la ciudad.