Símbolo por excelencia del juego, la ciudad de Las Vegas sorprende al visitante con un abanico irresistible, casi inabarcable, de actividades relacionadas con el ocio, el turismo y la diversión. Aunque en sus orígenes la principal actividad de la misma era el juego, en la actualidad sólo representa una pequeña parte de su economía, tan sólo el once por ciento.
Las Vegas es una inmensa ciudad en la que viven más de dos millones de personas, si contamos su núcleo urbano y el área metropolitana. Son muchos más los turistas que cada año la visitan formando una marea humana que no para de moverse durante las veinticuatro horas del día. Las Vegas nunca descansa, nunca duerme. Sus casinos funcionan ininterrumpidamente, siempre iluminados con luz artificial, sin vistas a la calle, para que los jugadores pierdan el sentido del tiempo y permanezcan sentados en sus mesas o en sus máquinas, hasta el fin de los días. También contribuye a este comportamiento el hecho de que mientras estás jugando, la bebida es gratis, sólo hay que tener un detalle con las camareras que te la sirven.
En algunos lugares, la ciudad está diseñada de tal forma que cuando caminas por la acera, ésta de pronto se acaba y, si quieres continuar, tienes que entrar a un casino y atravesarlo completamente, para poder salir otra vez a la calle. Todo está pensado para que el visitante consuma sin tregua y una estrategia infalible para conseguir ese objetivo, es ofrecerle cuantas más tentaciones mejor.
Si de día ofrece un aspecto excepcional, de noche se convierte en un espectáculo en sí mismo. Iluminada por Infinidad de neones de todos los colores y formas imaginables, a la vista le es imposible detenerse en un solo punto. Tantas luces cambiando constantemente provocan una sensación de ansiedad que atrapa al visitante, inculcándole una idea que martillea la cabeza sin descanso: “no seas perezoso, no te puedes perder todo esto”. Y todo esto son: complejos hoteleros que juntos suman una capacidad para 130.000 personas, casinos, museos, teatros, espectáculos musicales, campos de golf, combates de boxeo, actividades deportivas, paseos a caballo, en todo terreno o en helicóptero…
Cualquier cosa que desees la encuentras, y muchas veces, a precios bastantes razonables. En esto también se incluye la posibilidad de contraer matrimonio y si es tu deseo, hacerlo vestido de Elvis Presley. Hay decenas de capillas que ofrecen sus servicios a la carta, poniendo si fuera necesario, hasta los invitados a la ceremonia. Estas suelen ser breves y no requiere muchos trámites. Y esta rapidez unida al grado etílico con el que aparecen a veces los contrayentes, provoca que ocasionalmente la boda termine de forma sorprendente o imprevista para los protagonistas: el novio y la novia estaban tan borrachos que no son capaces de recordar dónde, cuándo o con quién contrajeron nupcias. No importa. Los trámites de divorcio suelen ser tan ágiles como los anteriores y en un santiamén el problema queda resuelto.
Parques Naturales y Presa Hoover
Un aspecto muy importante de Las Vegas que a veces se desconoce o pasa desapercibido, es su riqueza natural. La diversidad y belleza de los parques naturales, que se encuentran a tiro de piedra de la ciudad, sobrecogen al visitante. Es imprescindible dedicar varios días para poder ver sin prisas el Gran Cañón del Colorado, Red Rock Canyon o Bryce Canyon. Sin olvidar tampoco la presa Hoover, una de las más importantes de Estados Unidos y que figura en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
El Gran Cañón del Colorado, con 446 kilómetros de longitud, nos muestra paisajes de una belleza sin igual. Es conveniente apostarse en los miradores a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, cuando la luz es más suave y tamiza sus estructuras, mostrándonos las entrañas de la Tierra como nunca antes la habíamos visto.
Todos los tonos posibles de ocres y marrones desfilan ante los ojos con el sol cambiante. El esmero en el cuidado del parque es tan exigente que sólo se puede acceder a él cabalgando, en helicóptero o en lancha a través del río Colorado. El río que ha excavado sin descanso, durante miles de años, esta maravilla de la naturaleza. Está prohibido hacerlo en cualquier medio de transporte que sea considerado perjudicial para el equilibrio natural del parque, por lo que si quieres llegar hasta el fondo del cañón y alojarte en él, sólo tienes tres alternativas: andando, en mula o en lancha.
Red Rock Canyon es un lugar muy apreciado por los amantes de la escalada ya que sus paredes ofrecen un abanico extraordinario de texturas y dificultades. El color de las paredes rocosas oscila desde el gris claro al rojo intenso, mezclándose a veces en una misma pared toda la gama cromática. Es un parque pequeño pero muy bonito.
También es imprescindible en el viaje la visita a la presa Hoover, una de las más grandes del país y cuya construcción permitió el desarrollo de la ciudad de Los Angeles y otras comunidades de California.
El embalse está situado a 48 km. de distancia de Las Vegas y habitualmente suele estar abarrotado de turistas que desean hacer una escapada corta y desconectar algunas horas del bullicio de la ciudad. Aguas arriba se puede ver el lago Mead, llamado de esta forma en homenaje al ingeniero que contempló la necesidad y conveniencia de construir el embalse. Es el mayor lago artificial de todo el país y su extensión alcanza los 180 km. desde la cabecera hasta la cola.
El objetivo primordial del embalse era la canalización y control de las aguas del río Colorado. Este se veía frecuentemente desbordado, en los periodos de deshielo en las montañas rocosas, anegando amplias zonas agrícolas y urbanas. La construcción de la presa acabó con todos estos problemas.
Consejos de viaje
Desde España se puede viajar hasta Los Angeles en vuelo directo de línea regular y desde allí, a Las Vegas. Hay que dedicar al menos 5 noches para tener tiempo suficiente de conocer todos los atractivos turísticos que ofrecen la ciudad y su rico entorno.
Es imprescindible tener pasaporte electrónico en vigor y visado de entrada. La paciencia en los controles de seguridad en los aeropuertos es obligada, pues suelen ser muy prolijos y rigurosos. Consecuencia de lo anterior es prever los desplazamientos con antelación suficiente, evitaremos retrasos y la posible pérdida de nuestro vuelo.
Los hoteles no son problema ya que suelen ser buenos y baratos. Una muy buena opción es el Aria Sky Suites. Este hotel es nuevo y su situación en pleno centro de “The Strip”, la principal arteria de la ciudad, lo hace muy recomendable. Es conveniente solicitar habitación en planta alta pues las vistas son espectaculares. También es obligatoria la visita a la famosa fuente del hotel Bellagio. Cada quince minutos ofrece un espectáculo musical distinto por lo que es habitual ver a innumerables turistas, con sus cámaras de fotos, esperando el comienzo del show. Mejor hacerlo al comienzo de cada hora que es cuando el hotel ofrece a sus visitantes las coreografías más espectaculares.
Las Vegas, una ciudad para soñar…
Texto y fotos: Jorge Segovia Vilchez