En una porción del Planeta, situada en el norte de Granada y rodeada por algunas de las montañas más altas de la península ibérica, un antiguo río sin salida al mar y un antiguo lago alimentado por las aguas de aquel, dejaron testimonio pétreo de los singulares ecosistemas terrestres que se desarrollaron en Europa occidental durante los últimos dos millones y medio de años de historia de la Tierra, los ecosistemas de grandes mamíferos extintos del Cuaternario.
Ríos más recientes (Guadix, Gor, Fardes, Guadahortuna, Guadiana Menor, Baza, Cúllar, Castril, Guardal, Galera,Orce, Huéscar) han modelado de forma progresiva estos paisajes durante el último medio millón de años, configurando un territorio salvaje –de naturaleza árida, en ocasiones extrema, formado por millares de cárcavas de múltiples colores‐ en el que las rocas expuestas en los valles fluviales no sólo cuentan historias de evolución geológica y vida pasada durante el Cuaternario, sino de la evolución de los paisajes y de los ecosistemas por ellos soportados hasta tiempos tan lejanos como aquellos de hace 250 millones de años de antigüedad.
Estas tierras, contenidas en los límites de este Geoparque, cuentan a través de una lectura directa y visual soportada en el paisaje, no sólo la historia geológica cuaternaria de un vasto territorio sin salida al mar durante varios millones de años, que atrapó y generó uno de los mejores registros cuaternarios continentales del planeta, sino también historias más antiguas.
En las entrañas de éstos valles fuertemente encajados, las rocas nos cuentan la evolución de antiguos mares del Mesozoico, nos enseñan partes de antiguos límites de placas oceánicas donde volcanes submarinos generaron lavas almohadilladas que hoy forman montañas en el área de Alamedilla.
También nos ayudan a comprender la configuración de la Cordillera Bética a través de estructuras como pliegues y fallas, que en algunos casos siguen activas, generando en ocasiones pequeños terremotos que nos recuerdan su dinamismo, pero que en el pasado, a lo largo del Cuaternario, fueron capaces de generar singulares estructuras en los sedimentos lacustres de esta región, que a día de hoy y gracias a estos valles también han quedado expuestas, constituyendo afloramientos de sismitas únicos a escala mundial, a modo de un gigantesco sismograma dibujado en las rocas, como las conservadas en el área de Galera.
La antigua comunicación marina (durante el Mioceno) a través de estas tierras (La Peza, Dehesas de Guadix o el Negratín, entre otros lugares), entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, con el desarrollo en aquel entonces de deltas o arrecifes por los que también deambularon delfines; el desarrollo y la evolución de las comunidades de vertebrados terrestres desde hace 6 millones de años, en un registro continuo y único en el continente desde hace 2,5 millones de años hasta casi la actualidad (en Baza, Cortes y Graena, Huélago, Fonelas, Belerda, Villanueva de las Torres); o la ocupación humana del territorio, como parte del cortejo de mamíferos extintos, desde los tiempos primigenios del Cuaternario hasta nuestros días, registrados en yacimientos de Orce, Huéscar, Cúllar o Fonelas, son también historias únicas que nos cuentan estos valles granadinos.
En los Valles del Norte de Granada se encuentra el más extenso, desde la perspectiva territorial, y amplio desde la perspectiva cronológica, conjunto de yacimientos paleontológicos de vertebrados continentales del Cuaternario europeo desarrollados al aire libre (conservados en las rocas de los antiguos ríos, lagos o pantanos) valles sin los cuales poco o nada sabríamos sobre muchos aspectos de este espectacular y único pasado natural.
Todo ello lo explica y se explica, en la geología de la región y es observable gracias a los procesos geológicos y geomorfológicos desarrollados durante el Cuaternario en los Valles del Norte de Granada. Tierras salvajes, inhóspitas de una belleza singular que salvaguardan una parte significativa y única en el continente europeo de nuestro patrimonio geológico.
El territorio y sus gentes lo custodian hace siglos, lo protegen y lo van a poner en valor para la formación y el disfrute del conjunto de la sociedad, pues de ella es esta naturaleza tan única y singular, y de ella es el patrimonio natural de este Geoparque.