Considerada la segunda ciudad turística de Marruecos después de Marrakech, Fez ofrece al visitante un viaje al pasado, un retorno a usos y costumbres perdidos en las sociedades occidentales. Pasear por su laberíntica medina formada por más de nueve mil calles, es una experiencia inolvidable. Es conveniente abrir bien los ojos, mejor aún, aguzar todos los sentidos, para no dejar escapar ninguna de las sensaciones que ofrecen un lugar anclado en el tiempo. Una estructura urbana que permanece inalterada desde su fundación hace ocho siglos.