Todos los templos budistas de Siem Reap tienen en su entrada un canal que cumple una doble función. La primera tiene carácter espiritual o religioso; el cielo se refleja en el agua por lo que al atravesar el puente sobre el canal podríamos imaginar que se está caminando sobre el firmamento. La segunda es bastante más práctica o prosaica; servía como un recurso hidráulico para controlar posibles inundaciones y al mismo tiempo, regular los riegos de su entorno. Como se dice en castellano clásico: “A Dios rogando y con el mazo dando”.