Visita habitual en los circuitos turísticos en Marruecos, el Palacio Real de Rabat se muestra magnificente ante los visitantes, aunque por razones de seguridad, no se puede visitar su interior y hay restricciones muy severas para tomar fotografías.
En contra de lo que pudiera pensarse debido a su nombre, éste palacio no es la residencia real, sino el edificio que alberga la sede del gobierno y distintas instituciones de carácter público. En el complejo, que también acoge una mezquita con su madrasa (escuela), trabajan más de dos mil administrativos.
Para acceder al palacio hay que atravesar la explanada Méchouar, una enorme plaza que tiene siete puertas reales, cada una de ellas distinta y decorada de forma diferente. Es en éste lugar donde se realizan los homenajes al rey Mohamed VI y donde suele recibir a los representantes diplomáticos de distintos países.
La fotografía está tomada desde lejos con un teleobjetivo y recoge el momento en que se produce el cambio de guardia. En la misma participan representantes de los tres ejércitos: Tierra, Mar y Aire.