Praga, considerada como una de las ciudades más hermosas del mundo, está llena de lugares y edificios históricos que atraen a innumerables viajeros cada año. Pero además de éstos, el visitante curioso también puede encontrar otros atractivos que escapan a este ámbito. Uno de éstos es el singular busto de Franz Kakka.
Realizado en acero, cuenta con 42 niveles movibles, que alcanzan la altura de once metros y componen la cara del conocido escritor checo Franz Kafka. La escultura, obra del artista David Černý, pesa 39 toneladas y gira incesantemente formando y deformando la cabeza, en una cadencia que parece no tener fin.
La fotografía está tomada a finales de abril de este año y en la misma se puede ver al grupo de Viajes Jairán que participó en el viaje.