La ciudad peruana de Aguas Calientes es el punto de partida habitual para visitar la ciudadela inca de Macchu Picchu. Este pueblo nació en el año 1911 con el inicio de la construcción de la línea férrea que conectaría las ciudades de Cuzco y Santa María.
Lo que en principio fue un campamento para los trabajadores del ferrocarril, se ha convertido con el tiempo en una pequeña ciudad que ofrece un amplio abanico de servicios turísticos a los visitantes. Entre ellos se encuentran unos baños termales situados a 800 metros del pueblo a los que se atribuyen milagrosas propiedades terapéuticas y a los que debe su nombre la población; “Aguas calientes”.