Portal de Belén
Dadas las fechas en las que estamos, me ha parecido conveniente enviar una foto con Portal de Belén. Tras mucho buscar, ésto es lo más parecido que he encontrado. No sé qué pensaréis vosotros, pero a mí me gusta. Feliz Navidad.
Dadas las fechas en las que estamos, me ha parecido conveniente enviar una foto con Portal de Belén. Tras mucho buscar, ésto es lo más parecido que he encontrado. No sé qué pensaréis vosotros, pero a mí me gusta. Feliz Navidad.
Panorámica de Nueva York tomada desde el mirador más famoso de la ciudad, el del edificio Empire State Building. Sus 112 pisos y 443 metros de altura lo convirtieron durante años en el edificio más alto del mundo y probablemente en el más popular. Contribuyó poderosamente a ello la escena final de la película “King Kong”, cuando huyendo de sus perseguidores, el mono trepa hasta la antena que corona el edificio. La subida al observatorio del Empire State es obligatoria para cualquier persona que visita Nueva York. Aunque eso sí, hay que echarle un poco de paciencia, pues, entre los controles de seguridad que son bastante estrictos y las colas que forman los turistas, ésta no suele durar menos de dos horas. Pero las vistas, absolutamente espectaculares, compensan sobradamente la espera.
Considerada la segunda ciudad turística de Marruecos después de Marrakech, Fez ofrece al visitante un viaje al pasado, un retorno a usos y costumbres perdidos en las sociedades occidentales. Pasear por su laberíntica medina formada por más de nueve mil calles, es una experiencia inolvidable. Es conveniente abrir bien los ojos, mejor aún, aguzar todos los sentidos, para no dejar escapar ninguna de las sensaciones que ofrecen un lugar anclado en el tiempo. Una estructura urbana que permanece inalterada desde su fundación hace ocho siglos.
El Canal de Panamá es considerado como una de las obras de ingeniería más importantes de la historia. Seguramente concebida por los descubridores españoles que llegaron a América, sabedores de las ventajas que aportaría una vía de agua que conectara los océanos Atlántico y Pacífico, hubo que esperar hasta finales del siglo XIX para ver el comienzo de las obras. Tras no pocas vicisitudes, entre las que se encuentran la muerte de miles de trabajadores debido a enfermedades tropicales y paludismo, el Canal de Panamá inicio sus actividades en el año 1914.
Mujer con rulos esperando pacientemente a que el cabello se pliegue a sus deseos. La joven, seguramente con más sentido práctico, ha resuelto la cuestión con algo que en los toros llaman “faena de aliño”: moño en la parte de atrás que se ejecuta en un “pis pas”.
Fotografía tomada con permiso de la mujer y, viéndole la cara, con su complicidad.
Ese día teníamos previsto visitar la ciudad vieja de Panamá. Por la mañana tomamos nuestro “busito” y siguiendo las indicaciones del navegador, llegamos sin demora hasta una zona que presentaba un aspecto anárquico y descuidado. Parecía un lugar interesante y prometedor para la fotografía. Aparcamos en el primer hueco que vimos y comenzamos nuestra caminata en sentido contrario al que veníamos. Acertamos. El casco viejo es un agradable barrio lleno de calles limpias y vida animada, rebosante de casas, habitualmente de dos pisos, impregnadas de vivos colores. Da la sensación de que libra una batalla por mantenerse en pie y recuperar parte del antiguo esplendor perdido. Son muchos los edificios que se encuentran en rehabilitación, obras que muestran claramente la apuesta que hacen los panameños por recuperar una de las principales señas de identidad de su ciudad.
La ciudad de Panamá ofrece al visitante que llega por primera vez, una panorámica espectacular, una imagen de una urbe moderna y vanguardista que lucha por situarse como referencia entre los países de su entorno. Impulsada por un gran centro financiero y de negocios internacional, por los beneficios que recoge del incansable tráfico del cercano Canal de Panamá y por un turismo que encuentra cada vez mejores infraestructuras a precios muy competitivos, su futuro se antoja prometedor.
Inaugurada en el año 1851 como un embarcadero, la estación de Atocha ha sido la protagonista indiscutible del desarrollo del ferrocarril en España. En la actualidad se ha convertido en un moderno y complejo nudo ferroviario que atiende a tres tipos de viajeros; los que utilizan el AVE, los trenes convencionales de Larga Distancia, y los que prestan servicios de Cercanías. Sería más exacto decir que, en realidad, son tres estaciones distintas que comparten espacios comunes.
Llegamos a Las Vegas a primera hora de la tarde e inmediatamente subimos a la habitación de nuestro hotel, un vanguardista edificio inmejorablemente situado en “The Strip”. Tomás, siempre pendiente de los detalles, se había preocupado de pedir una habitación bien situada. ¡Y vaya sí lo había conseguido! Una suite en la planta 32 que ofrecía unas vistas de infarto; toda la ciudad y su entorno se abrían bajo nuestros pies. Tras hacer unas fotos nocturnas, al regresar al hotel, hicimos lo más fácil: ¿Tomás qué toca mañana? Dándonos la bronca por nuestra indolencia y refunfuñando dijo: Hoover Dam.
Tras finalizar la visita de la ciudadela inca de Macchu Picchu, salimos a dar una vuelta por el pueblo de Aguas Calientes. La intención era captar alguna escena típica o curiosa, así que llevábamos las cámaras preparadas. Cuando regresábamos al hotel, mi amigo Tomás, que parece tener visión panorámica y al que no se le escapa un detalle, me hizo una señal. Giré la cabeza y vi a esta muchacha, vestida íntegramente de azul y con un pájaro tatuado en el brazo. Intuitivamente levanté la cámara y disparé. Como podéis ver, tuve suerte. Creo que el color del fondo, también azul, ayuda notablemente en la composición.