Una de las cosas que nos sorprendió en nuestro viaje a Australia es la solución que habían adoptado las grandes ciudades para limitar la congestión que provoca el tráfico en los centros urbanos. Y la verdad es que parece bastante fácil y práctica; usar gratuitamente los tranvías en aquellas zonas en las que no se puede entrar con coche. No estaría mal probar y ver cómo funciona esta estrategia en ciudades como Madrid o Barcelona.
Debajo os copio un artículo del País Viajeros en el que habla de Melbourne, ciudad en la que está tomada la foto, y que comenta precisamente este asunto.
Melbourne
A tres horas de vuelo, Melbourne introduce a la Australia vanguardista con su cogollo de rascacielos alineados junto al río Yarra. “Diez años aquí son como cien en una ciudad europea”, afirman los que conocen ambos continentes y se asombran ante los vertiginosos cambios de la que, aseguran, es la sociedad multicultural más exitosa del mundo. El callejeo por el área de South Bank corrobora la afirmación, y tiene en Degraves Street y sus alrededores un núcleo de memorables cruces gastronómicos.
Las numerosas terrazas y un horario comercial que a menudo se alarga hasta las nueve de la noche distinguen a Melbourne del resto de ciudades australianas, porque la influencia mediterránea ha dinamizado la relación de los anglosajones con la calle pese a la meteorología en extremo variable.
El tranvía es gratuito en el centro urbano, facilitando desplazarse de la impresionante Biblioteca Municipal a la antigua Chinatown, de la Corte Suprema al Etihad Stadium, si bien para ver un partido de footy, ese popularísimo rugby autóctono con aires de fútbol, vale la pena abandonar el área de tranvía gratuito y asomarse por las instalaciones del Melbourne Cricket Ground, estadio multiusos y santuario de los grandes deportes nacionales.