

Haifa es la tercera ciudad más grande de Israel y el puerto más importante del país. Cuenta con una población cercana a los 300.000 habitantes en los que se mezclan seguidores de las tres grandes religiones y algunas minoritarias. Este hecho hace que sea considerada como un ejemplo de tolerancia, algo insólito en una zona del mundo donde lo habitual es que estén “liados a guantazos” constantemente.
La religión Bahai, una escisión del Islam Chii que tuvo lugar en Irán en 1844, tiene en esta ciudad su Centro Mundial y los jardines que se ven en la fotografía son uno de los espacios más destacados y representativos de la misma. Estos “jardines colgantes” se extienden más de un kilómetro, desde las faldas del monte Carmelo hasta cerca del puerto. En el centro de los jardines se encuentra la cúpula de oro del santuario Bahai. Más de 450 tipos distintos de plantas y flores adornan sus veredas y senderos. Primorosamente cuidados, es una delicia pasear por los mismos, aunque tienen un inconveniente; el gran desnivel que hay que sortear. Lo más aconsejable es tomar un taxi en el puerto e iniciar su recorrido por la zona alta. Ya sabéis los puñetera que es la ley de la gravedad cuando se trata de subir cuestas como las que aparecen en la imagen.
A los pies de los jardines encontramos la pintoresca Colonia Alemana. Esta fue fundada por templarios alemanes que deseaban establecer una comunidad cristiana en Tierra Santa. Se pueden ver calles que mantienen intacto su aspecto original y antiguas casas de piedra muy bien conservadas.
Otro detalle a tener en cuenta y relativo a esta ciudad es que, según me informó mi amigo José María Ortíz Valero, gran conocedor de la vida del Patrón de Guadix, San Torcuato, desde este puerto inició las tareas evangelizadoras que lo trajeron hasta nuestra tierra.