Desde que el presidente americano Bill Clinton afirmara que el atardecer más hermoso del mundo era el que se veía desde el Mirador de San Nicolás, en el barrio del Albaicin, son legión los turistas que acuden cada tarde a este lugar para comprobar por sí mismos la veracidad de sus palabras. Pocos quedan decepcionados, especialmente si el tiempo acompaña y se muestra generoso con la luz. A última hora de la tarde, más que iluminar el monumento, parece que lo acaricia bañándolo con un suave manto de oro.
Una leyenda dice que bajo La Alhambra hay enterrado un tesoro lleno de monedas de oro que todavía no ha sido encontrado. Viendo el atardecer desde el Mirador de San Nicolás es fácil pensar que quizás la leyenda está equivocada y en realidad el tesoro no es otro que la luz que cada atardecer ilumina la fortaleza.
Un consejo. Son muchas las personas que acuden cada día al mirador de San Nicolás para contemplar el atardecer frente a La Alhambra. Por ello es conveniente acudir con antelación para coger un buen sitio, especialmente si te gusta la fotografía y llevas trípode.
Para terminar una preciosísima canción cantada por Diana Navarro que habla de los amores entre una rosa de La Alhambra y el viento que la acuna.