Llegamos a última hora de la tarde a la ciudad de Gallup (Nuevo Mexico) y paramos frente al hotel El Rancho, un emblemático establecimiento que mantiene intacto el encantador aspecto que tenía en de los años sesenta, cuando era el lugar habitual de hospedaje de los grandes actores del western americano. En la puerta, un hombre de aspecto cuidado y sombrero vaquero, se acercó a nosotros hablándonos en un más que aceptable español. Supongo que nuestra apariencia -“parecen latinos, pero no de por aquí”- y las cámaras fotográficas que llevábamos llamaron su atención. Se presentó: soy el dueño del hotel El Rancho y a continuación, las preguntas de rigor; ¿de dónde vienen?, ¿qué hacen?, bla, bla, bla,.. y la sorpresa final: ¡ah españoles, de Europa!
Tras la conversación le preguntamos cuál era el mejor lugar para fotografiar la puesta de sol, -la tarde prometía buena luz-, y nos indicó el que aparece reflejado en la fotografía. Fuimos hasta allí, montamos los trípodes y esperamos el momento oportuno. Pero, la verdad, no quedamos muy satisfechos con los resultados. No obstante, a mí esta foto me gusta bastante. La intensidad del sol era tan fuerte que tiñó toda la escena de amarillo. Así que, en contra de lo que pudiera parecer, no está virada en sepia.
Para rematar la entrada del blog, una canción que habla de carreteras y encuentros.
La primera está interpretada por una de las mejores voces del country americano: Johnny Cash. El músico coge la canción original y la despoja de cualquier adorno o artificio, haciendo una interpretación sobria pero muy emotiva. A mi modo de ver, una obra maestra; redonda, cerrada, perfecta.
En la segunda, Bruce Springsteen cambia su propuesta original, de tono marcadamente rockero, por otra impregnada de aires celtas. Está grabada durante un concierto en Dublín en lo que parece claramente un “guiño” al público y un homenaje a la música irlandesa. Preciosa.
¿Cuál os gusta más? Se aceptan opiniones.