Una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad de Roma: el Castillo del Santo Ángel.
Este edificio que inicialmente fue diseñado como mausoleo del emperador de origen español Adriano, ha sido un elemento clave en la historia de la ciudad. Varios aspectos le otorgan un carácter singular:
– Su estructura que lo convertía en una fortaleza inexpugnable capaz de soportar largos periodos de asedio.
– Su situación, junto al río Tíber y conectado con la ciudad a través del que es, sin ningún género de dudas, el puente más bonito de Roma y también con el Vaticano a través de un largo pasadizo. Muchos papas salvaron su vida huyendo a través de él y refugiándose entre los sólidos muros del castillo.
– Su carácter palaciego, con cómodas estancias adornadas con obras de los artistas más importantes del renacimiento.
– Su conversión en cárcel cuando pasó a ser propiedad del Estado Italiano y su posterior transformación en museo en el año 1925
En la actualidad alberga el Museo Nazionale del Castel Sant’Angelo.