Sedona (Arizona)
Fotografía: tomada durante un viaje por la Route 66.
Cercano a la localidad de Flagstaff –parada imprescindible para muchos de los visitantes del Gran Cañón–, el pueblo de Sedona, pequeño y básico, está repleto de tiendas y restaurantes para turistas. Sin embargo, resulta fácil evitarlos si nos centramos en su principal atractivo, sus rutas de senderismo, que permiten contemplar formaciones rocosas únicas (en verano, eso sí, se convierte en un reto debido al calor). Las diferentes tonalidades del marrón al rojo se mezclan en la inmensidad de un relieve capaz de dejar perplejo a cualquiera. El invierno puede teñir de blanco el sistema montañoso que rodea Sedona, mientras que el otoño y la primavera tiñen el escenario con una gama de colores interminable. Como visita curiosa, se puede realizar un tour por los vortex que rodean Sedona, como el Airport Mesa, formaciones rocosas con interés no solo paisajístico; algunos las consideran auténticas fuentes de energía positiva.